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4 estrategias para la toma de grandes decisiones en los negocios o la vida objetivamente.

A.Carlos González
A lo largo de la vida deberemos tomar algunas grandes decisiones que pueden cambiar completamente el curso de nuestra vida para bien o para mal. Y si eres empresario, tomarás decisiones continuamente, pero también deberás enfrentarte a la toma de grandes decisiones cruciales para la supervivencia o crecimiento de tu empresa.
Tanto si hablamos de negocios como de la vida en general, hay ciertas estrategias o consejos que nos pueden ayudar para tomar esas decisiones de la forma más objetiva posible.
Nos servimos de los consejos de Jayson Demers, el cual nos da algunas ideas para usar el razonamiento objetivo y eliminar cualquier influencia emocional o sesgo que pueda poner en peligro el resultado de esa decisión.
Partimos de la base de que a pesar que algunas de estas ideas podrían resultar muy obvias, es más fácil decirlo que hacerlo. ¿Cómo se puede decidir objetivamente si despedir o no a una persona que ha trabajado con nosotros durante más de una década?, ¿cómo podemos decidir de forma objetiva si tomamos una decisión que cambiará radicalmente nuestra vida?
La objetividad y neutralidad emocional tiene un límite, pero con la práctica y algunas estrategias sólidas, podemos tratar de conseguirlo. Si te enfrentas a una decisión importante, estos consejos podrían venirte bien:
*El consejo número cero, obviamente, sería pedir asesoramiento a un experto en la materia o una persona que haya pasado por donde estamos pasando.
1. Reconocer y compensar tus prejuicios.
Está claro que conocernos a nosotros mismos es un punto a favor. Nuestras decisiones dejan de ser objetivas cuando nuestras emociones y prejuicios comienzan a interferir en nuestras evaluaciones.
Si queremos reducir este impacto, debemos pensar críticamente acerca de tu propia mentalidad y qué factores podrían contribuir a una decisión subjetiva.
¿Qué podría estar sesgando nuestra decisión?, ¿qué otras opciones tendrías disponibles si no fueras víctima de esos sesgos o personas que interfieren en esa toma de decisión? Dentro de lo posible, debemos intentar reestructurar nuestro pensamiento.
2. Haz una lista a favor y en contra de esa decisión.
Este es uno de los recursos más antiguos, y probablemente de los más olvidados o poco practicados, pero sigue siendo uno de los más útiles, ya que nos obliga a pensar, y posteriormente vemos un resultado.
Pon a un lado todas las ventajas de tomar esa decisión, y por otro, todas las desventajas. Haz lo mismo cuando te debatas entre varias opciones.
Y tómate tu tiempo para meditar sobre lo que estás poniendo en esa lista.
3. Imagina que estás aconsejando a un amigo.
Al considerar en tu propia cabeza que todos los posibles factores que podrían darse al tomar la decisión, te afectarían directamente a ti, suele perderse la objetividad.
Por tanto, es recomendable salirte de tu mente e imaginar que es un amigo el que te consulta sobre si tomar una decisión o no. ¿Qué le dirías a tu amigo? de esta forma, la situación se puede ver algo menos distorsionada, ya que como se suele decir, "el toro desde la plaza, se ve mejor".
4. Toma la decisión y vive con ella.
En última instancia, no importa lo mucho que estudies o analices una decisión y todas sus posibles consecuencias, ya que en muchos casos, esa decisión se deberá tomar. No evitarla.
No te demores en tomar una decisión en ciertos casos, pues el hecho de no tomarla rápidamente podría traer consecuencias irreversibles.
Toma la decisión y mantente firme a esa decisión. Podremos hacer frente más adelante a las consecuencias de esa decisión a medida que vayan surgiendo.
En muchos casos, una mala decisión es mucho mejor que no haber tomado ninguna decisión.
http://www.negocios1000.com/2015/05/4-estrategias-para-la-toma-de-grandes-decisiones-negocios-vida-objetivas.html