A lo largo del tiempo muchas personas se me han acercado pidiendo ayuda debido a que a pesar de tener buenas ganancias en sus empresas o buenos sueldos en sus empleos, siempre están apretados financieramente. La respuesta es simple: la libertad financiera no se trata sólo de “ganar mucho”, sino del balance entre nuestros activos y nuestros pasivos; si no te son familiares estos conceptos aquí te los explico.
Nuestros activos son los bienes que poseemos y que ya están pagados, como puede ser nuestro dinero, las casas, los terrenos, vehículos, etc. Y en contrapartida están nuestros pasivos, que son lo que debemos, todas nuestras deudas.
Ahora, de estos dos conceptos se desprende un tercero: el patrimonio, que es su resta, es decir, el patrimonio es igual a nuestros activos (lo que poseemos) menos nuestros pasivos (lo que debemos).
Una forma simple de llevar esto a nuestras finanzas personales sería acumular la mayor cantidad de activos que podamos y huir de los pasivos, sin embargo, esta visión no garantiza nuestra salud financiera. No es tan sencillo.
Lo interesante radica en que tanto los activos como los pasivos que tenemos pueden jugar a favor o en contra de nuestras finanzas, es decir, existen activos y pasivos “buenos” que hacen que el dinero trabaje para nosotros y activos y pasivos “malos” que hacen que nosotros sigamos trabajando para el dinero. Para que se entienda mejor esto, lo explicaré mediante ejemplos.
Son aquellos bienes o servicios pagados que nos reportan ganancias, los que cumplen necesidades y no deseos. Puede ser la casa que habitamos, un auto que cumpla con nuestros requerimientos cotidianos, una cuenta de inversión, la membresía del gimnasio que si ocupamos, etc. Bienes y servicios que cubren nuestras necesidades y que además nos reportan ganancias.
Una casa para vacacionar que ocupamos sólo una o dos veces por año generalmente es una mala inversión, autos de lujo, varios televisores de última generación con sistema de cable los cuales nunca vemos por estar todo el tiempo saturados de trabajo, son algunos ejemplos de activos malos que nos sacan dinero constantemente. Los activos malos son los lujos, cosas que en realidad no necesitamos y que minan nuestro bolsillo tanto en la compra como en el mantenimiento.
Pagar a crédito ropa para una entrevista laboral es deuda buena, pagar a crédito una cena de negocios con la gente adecuada puede reportarnos muchos frutos, pagar a crédito mercancía en rebaja para revenderla y sacar una ganancia, comprar a crédito maquinaria necesaria para nuestra empresa, todo ello es deuda buena que nos puede reportar ganancias.
Son los que adquirimos superfluamente y no cubren necesidades sino deseos. Pagar a crédito ropa cuando tenemos bastante en buen estado, pagar a crédito una cena porque nos dio pereza cocinar, pagar a crédito una membresía de un gimnasio para luego no utilizar el servicio, todo esto es deuda mala que nos saca dinero del bolsillo para no regresar, es decir, perdidas.
Así que ha llegado la hora de echar un vistazo a nuestros activos y pasivos, hacer la diferencia entre buenos y malos, y tomar acciones concretas para acumular activos y pasivos “buenos” y eliminar los “malos”.
Fuente: https://www.entrepreneur.com/article/292979