La adversidad es una mejor maestra que el éxito si queremos aprender de ella
La adversidad llega a nosotros como una herramienta de enseñanza. Probablemente haya sido la frase: "Cuando el alumno esté preparado, llegará el maestro". Eso no es necesariamente cierto. con la adversidad, el maestro llegará esté el alumno preparado o no. Quienes están listos, aprenden del maestro; quienes no lo están, no aprenden.
El filosofo y autor Emmet Fox dijo: "Es la ley que muchas dificultades que puedes llegar a usted en cualquier momento, independientemente de cuáles sean, deben de ser exactamente lo que usted necesita en el momento, para permitirle dar el siguiente paso hacia adelante al vencerlas. La única verdadera desgracia, la única verdadera tragedia llega cuando sufrimos sin aprender la lección". La clave para evitar esa tragedia es querer aprender de las dificultades de la vida.
Una de ls cosas que más me gusta respecto a hacer viajes con la familia es el tiempo en que chalamos juntos. A lo largo de los años, Margaret y yo hemos disfrutado de muchos maravillosos viajes con mi hermano Larry y su esposa, Anita. Cenamos juntos; visitamos los lugares; compartimos risas y a veces lagrimas. Es fantástico tener tantos recuerdos de tantos lugares del undo con personas a las que queremos.
No hace mucho tiempo pasamos una semana en Viena, Austria. Una maravillosa ciudad, llena de historia e influencias mundiales. Una noche estábamos sentados en una cafetería, donde compartí con Larry y Anita que estaba escribiendo este libro, y les pedi sus ideas. Después de escuchar la premisa del libro, Larry inmediatamente citó el siguiente poema de Robert Browning Hamilton, que él aprendió cuando era un muchacho:
Caminé una milla con placer;
El habló todo el camino,
Pero no me dejó siendo más sabio,
Con todo lo que tenía que decir.
Caminé una milla con tristeza;
Y nunca una palabra dijo ella,
Pero oh, las cosas que de ella aprendí,
Cuando la tristeza caminó junto a mí.
El consejo de Oprah Winfrey, "convierte tus heridas en sabiduría", puede llegar a ser cierto para nosotros solamente si queremos aprender de nuestras heridas. Requiere la mentalidad correcta y una intención deliberada de encontrar la lección en la pérdida. Si no aceptamos esas cosas, entonces terminamos únicamente con las cicatrices.