Cuando no puedes dormir bien, tu salud física y mental y tu habilidad de concentración se ven afectadas. Y seamos honestos, tu sentido del humor también sufre sin el descanso adecuado.
Hay muchos trucos para tener una mejor noche de sueño, como reducir el consumo de cafeína o no tener los dispositivos móviles cerca de la cama. Pero también hay factores que no creerías que te están robando tiempo de descanso.
Sigue leyendo para conocer a estos saboteadores inesperados.
Un estudio reciente encontró que conforme una persona va envejeciendo, las partes de su cerebro que regulan el sueño comienzan a decaer, lo que lleva a la disminución del sueño no REM. Esta caída en el descanso empieza a mediados de los 30 años.
Investigadores de la Universidad de Rockefeller en Nueva York encontraron un gen llamado “CRY1” que ayuda a regular los ciclos circadianos (y por lo tanto cómo sentimos el cansancio). Personas con una mutación en este gen tienen ciclos más largos que otros por lo que permanecen despiertos por más tiempo.
Un análisis descubrió que las mujeres necesitan más horas de sueño que los hombres porque usan su cerebro de maneras más complejas durante el descanso. En general, las mujeres tienden a dormir entre 15 y 20 minutos más que los hombres.
Muchas personas con profesiones que funcionan por turnos (doctores, bomberos, baristas), tienen trabajos que desordenan sus patrones de sueño. Pero hay empleados en otras industrias que también experimentan este fenómeno. Un estudio de la CDC encontró que los trabajadores de comunicación y transportes tienen más problemas para dormir.
Luego de una larga y estresante semana lo único que una persona quiere es dormir todo lo posible. Sin embargo, pasar el sábado o el domingo en cama puede generarte una especie de jet lag que te afectará toda la semana.
La misma investigación del CDC encontró que las personas que duermen en pareja descansan más que los solteros. Por ejemplo, las personas casadas duermen siete horas o más por noche contra las seis horas que suelen descansar los divorciados, viudos y personas que no se han casado.
El CDC también identificó “una prevalencia de sueño saludable” entre las personas que tienen una educación universitaria.
Si tu pasta tiene sabor a menta, tal vez debas cambiar de marca. Un estudio de la Wheeling Jesuit University en 2011 encontró que este sabor ayuda a mantener alerta los sentidos.
Sí, es real. Una investigación de 2016 encontró que los patrones de sueños de los niños se ven influenciados por las fases de la luna.
Una investigación identificó que compuestos como el dióxido de nitrógeno impactan nuestra habilidad para dormir bien. Las personas que viven en las grandes ciudades son los más afectados, porque de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación del aire ha aumentado 8% desde 2011.
Fuente: https://www.entrepreneur.com/article/295231