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CÓMO COMENZAR TU PROPIA EMPRESA DESDE CERO

Si te encuentras en esa etapa en la que el fuego del emprendimiento te llama, ten en cuenta los siguientes consejos:

1. Considera tus motivaciones

Si tienes una mala semana en tu trabajo o quizás un jefe con el que no te la llevas bien, aunque tus labores impliquen poner en práctica una profesión que te gusta, que tú mismo escogiste, probablemente los primeros aspectos no van a ser suficientes para motivarte a crear algo por tu cuenta.

La lucha del día a día no debe ser solo por “tolerar” el lado malo de lo que te gusta hacer (mientras lo haces por otro). La concentración, el foco principal, debe estar en alcanzar tus metas. Y no hay mayor realización personal que darle vida a un proyecto de tu autoría.

Por eso, debes tomarte un momento y pesarlo: ¿lo que hago lo hago tan bien que podría abrirte la posibilidad de independizarte y hacer dinero por mi cuenta? ¿He pensado en algo (un producto, un proyecto, un medio, etcétera) que aún no existe?

Lo importante es que, mientras tu búsqueda de independencia esté activa, debes pensar en las mejores habilidades que te caracterizan, para así encontrar la vía que te llevará a materializar tu idea definitiva. Mientras más te motive lo que hagas y mejor seas en ello, más éxito tendrás.

2. Mil ideas malas son mejores que ninguna

Es bastante improbable que cualquier empresario exitoso haya alcanzado la consagración económica con la primera idea que se cruzó en su cabeza. El camino hacia el éxito está lleno de intentos fallidos, pero si la mayoría de tus ideas no salen de tu cabeza, ni siquiera tendrás los intentos.

Incluso estando conforme mientras eres empleado de una compañía, siempre es recomendable ir estructurando ideas de negocios que consideres que puedan ser una fuente segura de prosperidad.

Pasar “del papel a la acción”, ése es el primer gran paso para comenzar cualquier modelo de negocio. Pero debe haber un “papel”, una organización inicial. Dicen que cuando escribes tus ideas, eso que da vueltas en tu cabeza, el resultado puede ser algo completamente distinto a lo que tenías en mente: algo mejor o algo inviable. Pero ya con saber eso haz avanzado: “sigo con esto o lo descarto”.

Debes mentalizarte en que estás creando algo nuevo, y ese proceso puede durar días, semanas, o meses y años. De cualquier forma, lo principal es moverse, poner las ideas en prueba de ejecución, y pasar del: “Quizás podríamos hacer esto mejor” al “Podemos hacerlo mejor que eso”.

3. Nadie conocerá tu negocio mejor que tú

Montar tu propio negocio es (salvando las distancias, claro está) como tener un hijo: en el momento en que lo anuncies, todo el mundo te dirá cómo debes manejarlo (“criarlo”). La mayoría tendrá buenas intenciones, pero sus consejos estarán cada vez más lejos de lo que tú visualizaste y te harán cuestionar la misma ideal del proyecto. 

Otros te criticarán y condenarán tu idea al fracaso. Eso es común que pase y no debe importarte: siempre que una persona da ese primer paso para crear algo por su cuenta, la envidia y mala intención de los demás estará a la vuelta de la esquina, más si se trata de personas que siempre trabajaron como empleados y nunca se atrevieron a ser independientes en términos profesionales, de crear algo desde la nada (suena filosófico, pero ese siempre es la acción más admirables de cualquier emprendedor).

De cualquier manera, nada de esto te puede desanimar. Siempre habrá buenos consejos, de buenas personas, allá afuera, pero teniendo en cuenta que se trata al fin y al cabo de tu visión, de lo que tú creaste y que, por lo tanto, nadie lo conoce mejor que tú, ni siquiera el más sabio.

4. No necesitas (tanto) dinero

La mayor barrera que nos imponemos siempre al querer iniciar nuestra propia empresa o negocio es lo que creemos que nos costará, la percepción de la inversión inicial. Y no es una barrera imaginaria: si quieres abrir un negocio, necesitas un espacio comercial y mercancía; si quieres manufacturar algún producto, necesitarás materiales y equipamiento.

Pero la solución puede estar frente a tus ojos mientras lees este artículo: el internet. Gracias a la plataforma que te ofrecen los medios digitales, puedes comenzar a posicionar tu marca o empresa desde las mismas redes sociales. Con ingenio, puedes ir construyendo una base que se irá consolidando hasta llegar a un espacio físico. Un caso común puede ser las compañías que ofrecen algún tipo de servicio de compra a domicilio. También las productoras de eventos.

Recuerda que, hoy en día, Facebook y Twitter son las plataformas más sólidas de marketing digital. Y ambas son gratuitas. Un sitio Web sólo te costará el pago de un dominio, el diseño de la página y el logo, unas tarjetas de presentación y algunos impulsos para generar tráficos (como los Facebook ads, promociones de páginas en Facebook). Te aseguramos que la inversión que ameritarás no será más de lo que puedes llegar a consumir en un fin de semana de cenas y tragos.

Sí, pareciera improbable que se puede comenzar algo grande desde algo tan simple. Pero no lo es. Todo comienzo es modesto. Lo importante es que sea firme. Es común sentirse abrumado cuando lees sobre el éxito millonario de grandes empresas. Ve paso a paso. Si lo haces bien, siguiendo una correcta planificación, nuevas etapas de éxito se abrirán.

5. Ejecuta

Llegar a conceptualizar una gran idea es, sin lugar a dudas, difícil. Pero trabajar incansablemente para lograr llevarla a cabo es aún más duro.

Es fácil quedar complacido con una idea “ganadora” que nunca fracasará porque nunca intentaste ponerla en práctica. Con esa cómoda vía tampoco ganarás dinero.

Ese primer paso, bien sea escribir los fundamentos de tu marca o comprar un dominio en Internet, será el más difícil que tomes. Pero una vez que lo hagas, las puertas se irán abriendo. Dar un paso, por pequeño que sea, hará que queramos más y más y nos esforcemos por ello.

Si en verdad tienes fe en tu idea, hazlo. Y avanza cada día que pase un poco más. Verás lo rápido que crecerá.

http://untiposerio.com/comienza-tu-propia-empresa-dese-cero/