Muchas personas piensan que tener un meta clara y ser positivo y optimista en cuanto a cumplirla es todo lo que necesitan para ser felices y exitosos. Sin embargo, el escoger tu destino, aunque sea vitalmente importante, es sólo el punto de comienzo. Ahora comienza el trabajo. Ahora es cuando te demuestras a ti mismo y a otros que estás serio en cuanto a tu meta. El hecho es que sólo el tres por ciento de las personas tienen metas claras y escritas con planes para alcanzarlas. Sólo el tres por ciento de los adultos trabajan en sus metas más importantes todos los días. Sólo las personas más exitosas piensas en sus metas la mayoría del tiempo.
En lugar de metas, la gran mayoría tiene deseos. Tienen esperanzas, sueños y fantasías. Tienen lo que yo llamo metas de humo de cigarrillo. Se disipan rápidamente en la imaginación, sin dar claridad de enfoque y dirección. La casa de tus sueños, el negocio de tus sueños, la relación de tus sueños, o el trabajo de tus sueños seguirán siendo sólo eso, un sueño, hasta que le pongas algo de carne a esos huesos. Sólo cuando planeas a conciencia y preparas cada detalle de tu viaje, puedes estar seguro de alcanzar tu destino a tiempo.
Define tus metas tanto cualitativamente como cuantitativamente. Cuando defines tus metas cualitativamente, determinas cómo pensarás y te sentirás como resultado de haber alcanzado esa meta. Y defines tu metas cuantitativamente, al ponerle números específicos. Esto te da un blanco al cuál apuntar y te permite rastrear tu progreso. Si no lo puedes medir, no lo puedes manejar.
Fuente: Plan de vuelo. ¿Por qué caminar cuando puedes volar?